Rescate a España: diez claves para entender qué está pasando Destacado
por Ignacio Escolar
Jueves, 31 de Mayo de 2012 08:16
En el peor de los casos, el rescate y la intervención del país
podrían ser efectivos en cuestión de días. Salvo milagros, es lo que
hay.
1. Que la prima de riesgo lleve
varios días por encima de 500 puntos es gravísimo, pero no es lo peor.
El problema más urgente no es el déficit público y cómo financiarlo (que
también). Es el enorme agujero de la banca. Y quién lo va a pagar.
2. Las cuentas que se hacen los
mercados: si Bankia necesita otros 19.000 millones de euros del dinero
público para evitar el colapso, ¿cuántos millones harán falta para
cubrir los boquetes del ladrillo en el resto de las entidades
financieras españolas? Lo dirán los dos auditores extranjeros que van a
evaluar a nuestros bancos y cajas, pero algunos informes ya hablan de
entre 40.000 y 200.000 millones de euros; entre el 4 y el 20% de nuestro
PIB. ¿De dónde va a salir esa montaña de dinero? Es ahí donde los 539
puntos de prima de riesgo se convierten en un problema aún peor. España
no tiene capacidad para conseguir esa financiación en los mercados
porque el tipo de interés sería disparatado, imposible de asumir. Y si
España tuviese que financiar todo ese sapo sin ayuda, la prima de riesgo
subiría todavía más hasta forzar el colapso del país.
3. Alemania hace meses que ofrece un
rescate al Gobierno. Zapatero dijo no a Merkel en una docena de
ocasiones y otras tantas llevará ya a estas alturas Rajoy. El problema
es que un rescate implicaría condiciones durísimas,
como las que ya padecen en Grecia, en Irlanda o en Portugal. El rescate
implicaría que las decisiones políticas las tomarían los acreedores y
el primer interés del acreedor es cobrar, no el futuro de la economía
del país o el bienestar de la población. El rescate es la última opción.
4. El Gobierno de Rajoy es consciente de
estas cuentas y por eso está maniobrando para buscar otra salida a la
situación que ha provocado Bankia. Ya ha intentado dos cosas: que el
fondo de rescate salve a los bancos –sin pasar por el Estado– y también
inyectar deuda pública directamente en los bancos.
5. Lo de inyectar deuda pública en los
bancos parecía una buena idea. La jugada era la siguiente. El Gobierno,
en lugar de poner dinero en Bankia (y los demás bancos que necesiten
capital), pone papelitos: inyecta bonos del Tesoro. El banco después
lleva esos bonos al Banco Central Europeo (BCE), que se los cambia por
un préstamo al 1% de interés; la deuda pública sirve como aval. Y así,
sin necesidad de sacar una montaña de deuda al mercado de una vez,
España va pagando el dinero en cómodos plazos a un tipo de interés mucho
más bajo. ¿El problema? Que el BCE ha dicho que no.
6. La otra opción –que el fondo de
rescate europeo inyecte capital a los bancos, sin pasar por los estados–
era incluso mejor. Con esa fórmula, son los bancos a título individual
quienes piden el rescate y España no tiene que asumir la deuda de su
sector financiero: es la Unión Europea en su conjunto la que corre el
riesgo y la que aporta la financiación necesaria. La idea inicial la
lanzó el FMI hace unos meses. Ayer por la mañana, la Comisión Europea entreabrió esa posibilidad. Sin embargo, por la tarde el vicepresidente de la Comisión y responsable de Asuntos Económicos, Olli Rehn, cerró esa puerta de nuevo. ¿La razón? Alemania dice no y la normativa aprobada no permite esta opción.
7. Alemania, por muchos paseos en barco
que Mariano Rajoy se dé con Angela Merkel, solo parece dispuesta a
aceptar una salida para España: la intervención con todas las letras, el
rescate. Si Alemania va a poner el dinero, Alemania quiere decidir cómo
se gasta y eso en la práctica conlleva que España pierda la poca
soberanía que aún mantiene. Como Grecia. Como Irlanda. Como Portugal.
8. El Gobierno, a la desesperada, juega
sus últimas carta con Luis de Guindos en Alemania y con otro viaje
imprevisto (por mucho que desde La Moncloa se intente vestir la
situación de normalidad): el de Soraya Sáenz de Santamaría a EEUU.
La vicepresidenta se reunirá hoy con el secretario del Tesoro de Obama,
Timothy Geithner, y con la directora del FMI, Christine Lagarde. El
viaje de emergencia, dentro de esta situación y con Alemania diciendo a
todo que no (salvo al rescate), solo puede significar una cosa: que la
intervención es inminente. Así lo interpretan fuentes del propio
Gobierno y de la oposición.
9. Solo queda una última oportunidad:
que sea el FMI quien preste el dinero a España para refinanciar a los
bancos. Pero ese dinero, una vez más, vendrá con un manual de
instrucciones; con una serie de condiciones, recortes y “reformas”, como
bien saben otros países que han acabado así. Si es el FMI quien nos
rescata, el Gobierno podrá vender que en realidad no es una
intervención. No es gran consuelo: en caso de ruptura del euro, es mucho
mejor deber el dinero a Europa que al FMI, un organismo al que ni
siquiera Argentina se atrevió a hacer un default.
10. De una manera u otra, salvo que
Alemania dé su brazo a torcer, se acaba el poco margen que le quedaba a
España y a su soberanía nacional. En el mejor de los casos, el Gobierno
de Rajoy intentará como sea aguantar hasta que llegue el 1 de julio,
hasta que entre en funcionamiento el Mecanismo Europeo de Estabilidad; puestos a ser intervenidos, las condiciones de este organismo se supone que serán mejores que las del Fondo europeo de estabilidad.
En el peor de los casos, el rescate y la intervención del país podrían
ser efectivos en cuestión de días. Salvo milagros, es lo que hay.
Ignacio Escolar-Estrella Digital
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