Tras la I Asamblea del Círculo PODEMOS-Mesa de Convergencia de Almonte, Publicamos esta carta de apoyo que el profesor Ojeda nos remitió hace unos días, porque nos parece inspiradora y porque queremos agradecerle públicamente este gesto.
Esta carta y las numerosas personas que asistieron a la asamblea nos llena de optimismo y de energías para poder construir un verdadero PROYECTO-COLECTIVO.
Gracias Juan, y gracias a todos los asistentes.
Carta de apoyo:
Éramos muchos
los que soñábamos en aquellos tristes tiempos del final de la dictadura que
pronto vendría la democracia y, con ella, una suerte de felicidad marcada por
la toma del poder de un pueblo, que acabaría con las cadenas de la opresión y
de la incuria.
El dictador
murió en su lecho y las circunstancias fueron conduciendo a la legalización de
los partidos y a la aprobación de una constitución democrática, surgida de un
interesante esfuerzo de diálogo. Institucionalmente se había cerrado el largo
paréntesis autocrático, había, pues, que reconstruir -tras cuarenta años- la
democracia cotidiana, operativa y mental. Tales convicciones nos llevaron a
algunos estudiantes y jóvenes profesionales almonteños al compromiso directo
con una candidatura unitaria de izquierdas en las primeras elecciones
municipales, aunque pronto fueron saliendo de aquella “ingenua candidatura” los
compañeros militantes del PSOE y del PCE, arguyendo que sus partidos contaban
con técnicos para elaborar unos programas más serios que los que estábamos
debatiendo entre todos.
Prescindiendo
de los defectos que acompañaron siempre a la democracia desde sus orígenes
selectivos atenienses, compartiremos la
opinión de que es el menos malo de los usos políticos posibles. No obstante, puede
convertirse, con relativa facilidad, en una forma de gobierno perversa; si se
apoya exclusivamente en la compra más o menos barata y populista de votos por
parte de los elegibles, quienes –desde instancias partidistas militantes e
inflexibles- terminan considerándose como los únicos detentadores del poder y
olvidando sus auténticos papeles de meros representantes y servidores de la
ciudadanía.
La base
esencial de la democracia no es, consecuentemente, el voto o la delegación,
sino la participación ciudadana activa. Un pueblo será verdaderamente
democrático cuando consiga que cada uno de sus ciudadanos cuente con cauces
normales y estables para hacer llegar a sus elegidos gobernantes sus posiciones
argumentadas, en aquellas cuotas del poder que su voto le otorga. Y que
posteriormente, a la hora de tomar decisiones, tales posiciones y argumentos
sean tenidos en consideración.
Queda mucha
tarea -sobre todo a los jóvenes, pero en la que me
gustaría seguir colaborando- para llegar a merecernos plena y operativamente el
apelativo de DEMOCRÁTICOS en esta España que, constitucional e
institucionalmente, presume de tal.
Yo -que me considero de izquierdas y me llegué
a hartar de votar fielmente a Izquierda Unida, haciéndolo ya con la nariz
tapada en las últimas ocasiones- encontré en el 15M una antorcha de
esperanza y hoy entiendo que PODEMOS
recoge esa antorcha y marca un camino, que pretende ayudarnos a salir
del actual panorama injusto, decadente y cada día más zafio y ridículo.
En este triste escenario, no tienen cabida el optimismo
ingenuo, ni el pesimismo nihilista. Ya Saramago decía que el optimista no
cambiará nada porque entiende que todo está muy bien. Y yo también digo que el
pesimista radical tampoco cambiará nada porque choca continuamente con negros
muros. Cuando la revolución parece una tarea imposible sólo nos queda el
fundamental y doble esfuerzo de:
-
Ir adquiriendo un conocimiento riguroso y compartido de las realidades
complejas que nos rodean y esperan de nosotros análisis, diagnósticos y
gestiones complejas.
-
Mantener la esperanza ante pequeños y comprometidos avances, que vayamos
propiciando y produzcan emergencias e induzcan a una metamorfosis.
Resulta
curioso e interesante que –en el diseño
de tal camino hacia una democracia representativa en un mundo más justo- coincidan
los planteamientos de PODEMOS con los de tres grandes pensadores
contemporáneos:
- Ernest BLOCH, 1959. El principio
esperanza: “A partir de Marx… la filosofía tendrá que
tener conciencia moral del mañana, tomar partido por el futuro, saber de la
esperanza, o no tendrá ya saber ninguno… porque lo querido radicalmente por
el hombre no se ha logrado en ningún sitio, pero tampoco ha fracasado en ningún
sitio… La esperanza es el tema fundamental de una filosofía que
permanece y es -porque está haciéndose- la patria que todavía no ha llegado
a ser, todavía no alcanzada, tal como se va formando y surgiendo en la lucha
dialéctico-materialista de lo nuevo con lo viejo” (p.30)
-
Edgar MORIN, 2010. ¿Hacia el abismo? Globalización en el siglo XXI: “Si va a existir otra sociedad-mundo
será el producto de una metamorfosis, ya que se convertirá en una sociedad
de tipo nuevo y no en una reproducción gigantesca de nuestros actuales estados
nacionales. Esto es, sin duda, improbable, pero toda mi vida he esperado lo
improbable y, a veces, mi esperanza se ha visto satisfecha. Nuestra
esperanza es una antorcha en la noche: no hay luz deslumbrante, no hay más que
antorchas en la noche” (p.41)
-
Boaventura de SOUSA SANTOS, 2005. El
milenio huérfano. Ensayos para una nueva cultura política: -“Hay una matriz cultural fundadora
que es totalizadora y antidicotómica, porque abarca una multiplicidad de mundos
(terrenos y ultraterrenos) y de tiempos (cíclicos, lineales, simultáneos)… Pero
occidente ha asumido una matriz metonímica y proléptica, que favorece la expansión del capitalismo:
los mundos se reducen al mundo terreno (objeto de explotación) y los tiempos al
tiempo lineal (el de la producción, que encoje el presente y alarga el
futuro)… Otro mundo será posible
si -en las pequeñas experiencias- se va
caminado poco a poco del ‘todo o nada’ dicotómico al ‘todavía no’ esperanzador,
que hace emerger ausencias” (p.157)
Salud, suerte y a vuestra disposición
Juan F. Ojeda Rivera
Sevilla, octubre de 2014